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Volver al trabajo después de los 45 años

4 de mayo – En un contexto donde las oportunidades laborales no abundan, conseguir empleo después de los 45 puede ser todo un desafío. Los niveles de crecimiento del mercado laboral serán moderados en los próximos meses, según los datos relevados por la Encuesta de Expectativas de Empleo, realizada por Manpower. El 78% de los empleadores consultados por la consultora no prevé cambios, el 11% cree que ampliará sus dotaciones y el 5% estima que disminuirá la cantidad de trabajadores.

A pesar que el panorama no parece alentador, teniendo en cuenta que históricamente los adultos que superaban los 40 años conformaron uno de los grupos más afectados por la destrucción de empleo, el “VII informe mayores de 45 años en el mundo laboral”, de Fundación Adecco, muestra algunas señales de cambio en la tendencia. “Lo cierto es que muchas empresas en la actualidad están poniendo foco en este rango etario, considerando el valor agregado que estos trabajadores aportan”, explica Esther Parietti, Directora de Sustentabilidad de Adecco.

“Algunos empleados, principalmente en pymes, empiezan a ser conscientes de que los mayores de 45 pueden aportar toda la experiencia que han adquirido a lo largo de sus años en el mundo del trabajo”, señala Leandro Schvartzer, presidente de la Fundación PROEM, ONG que promueve la inclusión y el desarrollo laboral en poblaciones en situación de vulnerabilidad. Además de la experiencia, el directivo de PROEM destaca la capacidad de proyección al servicio de la empresa, mayor estabilidad, responsabilidad laboral y madurez emocional como algunos de los principales beneficios que aportan los adultos que pertenecen a esta franja etaria.

Los puestos en relación de dependencia son una alternativa para los mayores de 45 años, pero no la única. Ante la situación de desempleo, estas personas pueden explotar aquello que mejor saben hacer para montar un emprendimiento y convertirse en sus propios jefes.

Ese fue el caso de Alfredo Becerra que, siendo mayor y sin tener una formación profesional, quedó excluido del mercado laboral. Ante la imposibilidad de conseguir un trabajo en relación de dependencia, empezó a vender pastelitos con su mujer. Más adelante, pudo comprar en cuotas una máquina para hacer churros que colocó en una habitación construida al lado de su casa del barrio La Paloma, Tigre. Actualmente, el matrimonio y sus dos hijos adolescentes viven de los ingresos que generan con su negocio y asisten a los programas de formación de PROEM destinados a emprendedores.

“Muchas veces, quienes se encuentran excluidos del mercado laboral pierden su autoestima. Los emprendimientos propios no solo permiten el reingreso al mundo del trabajo: ayudan a que las personas recuperen la confianza en sí mismas”, sostiene Claudia Freire, Coordinadora del Programa Emprendedores de PROEM. A través de esta iniciativa, la ONG brinda asesoramiento, capacitación y microcréditos a tasa cero para iniciar y desarrollar proyectos autogestionados.

Los conocimientos que adquirió Becerra en los cursos que brinda la Fundación PROEM lo ayudaron a progresar con un proyecto exitoso. De modo similar, Ana Loto, beneficiaria de la Fundación PROEM de Las Tunas, barrio del partido bonaerense de Tigre, montó su emprendimiento de tejido y costura de ropa. Su proyecto le permite generar ingresos con una actividad acorde a sus posibilidades. A futuro, aspira a tener su propio local.

“Para aumentar sus chances de conseguir empleo, es fundamental que quienes encaran una búsqueda con más de 45 años se capaciten. Así, lograrán actualizar sus competencias de acuerdo con lo que demanda el mercado”, sostiene Schvartzer. Por su parte, Parietti también destaca la importancia de analizar las fortalezas y debilidades propias para delimitar las oportunidades laborales a las que se apuntará. Además, señala la necesidad de vincularse con empresas y organizaciones de la sociedad civil que tengan programas orientados a la inclusión laboral de esta franja etaria.

2018-01-29T21:55:17+00:00

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