El sueño de ser peluquera

El sueño de ser peluquera

Yamila mueve sus manos ágilmente y, como quien tiene un don, organiza y hace fácil lo complejo: en un instante, termina de unir fragmentos que parecían inconexos para formar un peinado nuevo, improvisado por ella. La joven tiene 18 años y, desde hace poco más de dos meses, vive en la Villa 21-24 con su marido. “Nos casamos en Paraguay y vinimos a vivir a la casa de mi cuñada”.

Yamila Segovia Cardozo descubrió su pasión por la peluquería cuando estaba por festejar sus 15 años. “Fui a salón de belleza por primera vez en la vida, y me dí cuenta que me encantaba hacer trenzas”. Con el tiempo, empezó a diseñar distintos peinados con trenzas y se inició rudimentariamente en un oficio con el que empezó a ganar sus primeros guaraníes. “Venían a casa las amigas de mis hermanas y me pedían que las peine, y yo le cobraba a voluntad”. Sin embargo, nunca había participado de un espacio de capacitación formal, ya que debía dedicar su tiempo a trabajar como empleada doméstica; además, en su ciudad no existían centros de formación gratuitos.

En las capacitaciones de la Fundación PROEM, Yamila aprendió a pintar, hacer las “mechitas” y cortar, entre otras técnicas del oficio. “Este es un lugar muy lindo donde aprendo muchísimas cosas: es una oportunidad única. Ahora, mi sueño es ser peluquera y abrir un negocio en el barrio”, cuenta entusiasmada.

2018-01-29T21:56:02+00:00
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